La baldosa hidráulica valenciana
La historia y el origen de la baldosa hidráulica
Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, surge la baldosa hidráulica, considerada como un elemento estético de gran importancia en la arquitectura de la época en Europa. Nace en Francia, pero se extiende muy rápidamente por toda España, sobre todo por Cataluña y Valencia. Esta decoración tan característica de los suelos se convertirá en uno de los elementos más emblemáticos del país gracias a su gran personalidad estética.
Las baldosas hidráulicas nacieron de la necesidad de ofrecer una alternativa diferente a los suelos convencionales, siendo su durabilidad el punto fuerte que las hizo destacar. El auge económico de finales del siglo XIX, ayudó a la expansión de estos diseños ornamentales en las grandes ciudades europeas, de hecho fueron el complemento perfecto para los nuevos edificios modernistas, y todo ello gracias a la burguesía.
En el año 1857 se encuentra la primera referencia a estas baldosas, las cuales solían oscilar entre medidas de 10×10 y 40×40, siendo lo más común una baldosa de 20×20. Se disponían simulando una alfombra que ocupaba toda la estancia. Su bajo coste y proceso de fabricación, entre lo artesanal y lo industrial, hizo que ganaran mucha popularidad en un corto espacio de tiempo.
¿Qué es una baldosa hidráulica?
Formalmente, esta ornamentación, la cual está elaborada por una fina capa de cemento pigmentado, recibe su nombre gracias a su proceso de fabricación, en el cual se usa una prensa hidráulica para fijar todos los pigmentos a la base de cemento y así obtener la pieza final. La característica principal de estas baldosas son sus vivos colores y la riqueza de sus dibujos. Entre las temáticas utilizadas en estos suelos, encontramos las de carácter histórico y ecléctico, y además temáticas de Art Decó y Art Nouveau.
En el diseño de estas baldosas, cobra vital importancia los moldes metálicos fabricados artesanalmente, los cuales dan forma a todo el diseño de la pieza, y se conocen como “trepas”. De hecho, varios son los talleres que se dedican a fabricar estas trepas, siguiendo algún diseño antiguo, para así poder restaurar una baldosa original o poder aumentarla de tamaño, además de crear nuevos diseños para producir nuevas construcciones.
La baldosa hidráulica valenciana
En Valencia, estas baldosas adquirieron una personalidad propia muy influenciada por la corriente modernista austriaca. Esta se centró tanto en edificios civiles como en viviendas privadas, y se apoyó mucho de la cerámica valenciana, ya conocida en todo el país y que impulsó este movimiento en la ciudad.
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